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¿Y si te dijéramos que tu bicicleta eléctrica Capri se paga sola?

¿Y si te dijéramos que tu bicicleta eléctrica Capri se paga sola?

Hemos analizado por ti cuánto dinero puedes ahorrar moviéndote en una bici eléctrica y estos son los resultados La bicicleta eléctrica se sitúa ya como la forma de ir a trabajar ideal para dos de cada tres alemanes. Esto no significa que dos de cada tres alemanes vayan a trabajar en bicicleta eléctrica (al menos no de momento), significa más bien que más del 65% de los alemanes valoran las bicis eléctricas muy positivamente, por encima del resto de medios de transporte.  Esta tendencia, que no es exclusiva de los países del norte de Europa, tiene sobre todo que ver con las ventajas individuales de utilizar la bici eléctrica.  Cuantificar aspectos como la mejora de la salud, la mejora del medio ambiente o el ahorro de tiempo en términos puramente monetarios resulta complicado. Sin embargo, hay beneficios que definitivamente podemos cuantificar. Hemos analizado cuánto dinero puedes ahorrar moviéndote en una bici eléctrica y a continuación te detallaremos los resultados. Antes de entrar en el análisis más profundo, nos gustaría señalar que utilizar una bici eléctrica como medio de transporte habitual tiene también múltiples beneficios al margen de lo puramente monetario. El factor medioambiental es uno de ellos: más bicicletas se traduce en ciudades más saludables. La mejora de la propia salud también es un beneficio claro. Sin embargo, cuando preguntas a los usuarios de bicicletas eléctricas por su principal motivación para utilizar la ebike el pragmatismo y la propia conveniencia se imponen. Analicemos cuál es el ahorro real para entender mejor de qué hablamos.   Ahorro anual en costes de combustible Si tienes un coche, no necesitas leer las noticias para saber que los precios del combustible han alcanzado máximos históricos. Si tomamos el ejemplo de Alemania, el litro de gasolina se sitúa ahora mismo por encima de los 2,10€. Si tenemos en cuenta que un conductor medio hace unos 11.000 kilómetros al año, el gasto de combustible es de 1.700€. Quizá no puedas prescindir del coche al 100% pero… ¿qué pasaría si lo utilizases muchísimo menos? Tal vez este sea el motivo por el que las personas que tiene una bicicleta eléctrica la priorizan frente a otros medios de transporte hasta en un 49% más de ocasiones. Lo cierto es que cargar completamente una bici eléctrica no cuesta casi nada. Volviendo al ejemplo alemán, los 1000 Wh de electricidad cuestan unos 30 céntimos. Resulta suficiente electricidad como para cargar la batería de tu bicicleta Capri cuatro o cinco veces. Los cálculos son sencillos, si reduces el uso del coche a la mitad, podrás ahorrar más de 800€ en un año. Y esto sólo en lo que respecta al combustible. Ahorro de aparcamiento Aparcar un coche es tedioso y también es caro. Una encuesta realizada en 2016 concluyó que aparcar un coche en Europa cuesta, de media, 3 euros por hora. Puede parecer poco a primera vista, pero llegarás a una conclusión diferente después de multiplicar eso por 8 horas al día y 260 días laborables.  Ahorro en costes de mantenimiento Además del combustible y el aparcamiento, tener y conducir un coche ejerce aún más presión sobre el bolsillo. Según un estudio de 2021, el coste real de tener un coche en Europa puede oscilar entre 360 y 710 euros al mes. Comprar un coche es caro, mantenerlo también. Además, cuanto más lo usas, más caro resulta su mantenimiento. Sin embargo, el mantenimiento de una bicicleta eléctrica Capri resulta realmente económico. Nuestras ebikes huyen de tecnologías complejas y utilizan componentes y accesorios universales para que el mantenimiento pueda hacerse de forma extremadamente barata, eficaz y sencilla. Además, si tienes cualquier incidencia que no puedas solucionar, contamos con un equipo de atención al cliente muy atento y nos comprometemos a responder a todas las solicitudes en un plazo máximo de 72 horas.    Un estilo de vida positivo no tiene precio Pero al fin y al cabo, como cantaban los Talking Heads, las cosas nunca deberían hacerse sólo por dinero. Una bicicleta eléctrica también puede ayudarte a mejorar tu vida en muchas otras maneras: Olvidándote de los atascos. ¿Sabías que la velocidad media del coche en la ciudad es de menos de 15 km/h? Teniendo más tiempo libre. Después del ahorro, esta es la principal ventaja que destacan los usuarios habituales de bicis eléctricas.  Ejercitando tus piernas. No lo olvides, con una bici eléctrica el esfuerzo que quieras hacer lo marcas tú. Conectando con la ciudad y la naturaleza. Moverte en bici es sinónimo de libertad, cambiarás tus itinerarios y descubrirás nuevos espacios increíbles en tu propia ciudad. Pero respondiendo por fin al título de este artículo y en resumidas cuentas: ¿tu nueva Capri puede pagarse “sola”, sí o no? Esto es algo que depende en gran medida de ti. En cualquier caso el ahorro será significativo. Si consigues sustituir al menos el 50% de tus desplazamientos en coche por desplazamientos en bicicleta eléctrica el ahorro resulta espectacular. Y más allá de todo esto, recuerda que la vida es mucho mejor cuando montas en bicicleta.

¿Bici eléctrica? Más kilómetros, más uso, más bicicleta.

¿Bici eléctrica? Más kilómetros, más uso, más bicicleta.

Más kilómetros, más uso, más bicicleta. El estudio más completo realizado hasta la fecha concluye que los usuarios de bicicletas de pedaleo asistido la usan más veces y con más frecuencia que cualquier otro medio de transporte, además ruedan muchos más kilómetros que los usuarios que utilizan bicicletas convencionales. Las conclusiones del estudio (que detallaremos a continuación) no son algo que verdaderamente nos sorprenda; en Capri Bikes, además de fabricantes de bicicletas eléctricas, también somos usuarios habituales de ebikes, por eso, hemos experimentado en nuestras propias vidas, y en las de nuestros familiares y amigos, lo que sucede cuando introduces una bici eléctrica en tu día a día.  Según el estudio noruego elaborado por Aslak Fyhri y Hanne Beate Sundfør titulado "¿Las personas que compran bicicletas eléctricas montan más en bicicleta?" los "ciclistas eléctricos" (como a nosotros nos gusta llamar a los usuarios de e-bikes) utilizan la bici entre un 17 y un 49% más que cualquier otro medio de transporte y aún hay más, hacen cuatro veces el número de kilómetros que los usuarios de bicicleta "convencional". Una e-bike se usa hasta un 49% más que cualquier otro vehículo y multiplica por cuatro el número de kilómetros vs una bici normal. Según un artículo aparecido en la prestigiosa publicación Ciclosfera, "los autores del estudio analizaron los hábitos ciclistas de los encuestados comparando tres grupos. El primero había comprado una bicicleta eléctrica, otro grupo estaba pensando adquirir una y por último, un grupo de propietarios de bicicletas convencionales. Todos ciudadanos de Oslo. Si tenían una e-bike, aumentaban de 2 a casi 10 kilómetros de media diaria (es decir, entre el 17 y el 49% de aumento) sus desplazamientos cotidianos en bicicleta." Los nuevos ciclistas pierden interés por la bici convencional pero si es eléctrica, se quedan. "No es el primer estudio al respecto", continúa explicando el artículo de Ciclosfera, "aunque sí el que tiene las conclusiones más claras. Hubo un estudio anterior, de 2015, con unas interesantes conclusiones sobre nuevos usuarios de bicicleta en general, no sólo eléctrica. Varias personas empezaron a moverse en bici, algunos en eléctrica y otros en una convencional. ¿Adivinas quiénes mantuvieron sus hábitos ciclistas con el tiempo? Pues sí, los que tenían bicicleta eléctrica." Las conclusiones son claras, lejos de un capricho o una moda pasajera, las bicicletas eléctricas son una solución de movilidad realmente efectiva. Los ciclistas eléctricas utilizan la bici más veces, hacen más kilómetros y la priorizan frente a otros medios de transporte. ¿Por qué? Fundamentalmente por conveniencia. En una encuesta interna de Biciclasica del pasado año preguntando a usuarios urbanos de bicicletas eléctricas sobre sus principales motivaciones de uso, los resultados mostraban qué los aspectos relacionados con la conveniencia pesaban mucho más que otros factores también relevante, como el medioambiental. Invertir menos tiempo en llegar al trabajo se aupaba como el primer motivo, el ahorro como el segundo y la mejora de la salud (incluida la salud mental), también aparecía como uno de los motivos más destacados.

Capri y la ciudad de los 15 minutos

Capri y la ciudad de los 15 minutos

¿Qué es la ciudad de los 15 minutos? Los expertos incorporan esta propuesta dentro de las smart cities. París se ha erigido como el paradigma de este nuevo modelo urbano en el que los ciudadanos tienen a su disposición todos los servicios esenciales a menos de un cuarto de hora en bici o caminando. Las calles del centro parisino eran sinónimo de un atasco eterno pero ahora se han convertido en un camino maravilloso transitado por peatones y ciclistas. Es «la ciudad de los 15 minutos». Las ciudades del cuarto de hora dejan al alcance del peatón o el ciclista siete funciones sociales urbanas básicas que cualquier ciudadano feliz necesita, entre ellas:  el trabajo, el acceso a la salud, a la educación o a la cultura, pero también el descanso en sintonía con la naturaleza. En 2.050 cerca de dos tercios de la población mundial vivirá y trabajará en ciudades. Ante este incremento de la densidad demográfica muchas ciudades están reformulando su movilidad. La bicicleta y el transporte público juegan papeles centrales. La idea no es construir sistemáticamente nuevas infraestructuras específicas. Se trata, más bien, de transformar los lugares existentes para que puedan atender a varias actividades y no solo a una. El espacio que ocupa el coche en la ciudad es inmenso y la pregunta es inevitable: ¿qué pasaría si pudiésemos utilizar ese espacio para otras cosas? El fenómeno es global. Portland cuenta con casi 650 kilómetros de ciclovías y cerca de 200 de “vías verdes” (calles residenciales que dan prioridad al peatón y a la bici). Milán anunció recientemente que iba a repensar los ritmos urbanos y ya se ha puesto manos a la obra. Barcelona tiene una extensa red de calles donde está prohibida la circulación de vehículos. Melbourne ha estado trabajando para construir una «ciudad de 20 minutos» y Alemania cuenta con una red de carril-bici que es -junto con otras redes de otros países del norte de Europa-, el ideal de la movilidad ciclista.La «ciudad de los 15 minutos» puede verse también como una forma de «urbanismo postraumático», según describía el escritor Dan Hill a la manera de reconstruir tras tiempos violentos marcados por la especulación inmobiliaria, el turismo de masas y, ahora, la pandemia. 

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